domingo, 25 de marzo de 2012

Ciencia, Religión y La Existencia de Dios



Hay quienes dicen que fue el hombre quien creó a Dios y al que le atribuyó cualidades humanas; pero hay que decir, en principio, que el hombr no ha creado a Dios, el hombre simplemente ha ideado el concepto de Dios. Tratando de reproducir el razonamiento de estas personas de que si el hombre “ha creado” a Dios, cabe preguntar entonces: ¿quién ha creado al hombre? Dios creó al hombre; ¿y quién creó a Dios? a Dios lo “creo” el hombre; ¿y Quién creó al hombre? al hombre lo creo Dios… y así sucesivamente podríamos estar andando, pensando, en círculo… No es que andar en circulo esté mal del todo, porque de alguna manera hace constar que la mente es reflexiva, que apunta sobre sí misma, hace constar que el ser humano es lo suficientemente complejo para provocar esa reflexividad de las ideas, y eso no puede ser de otro modo más porque el universo mismo es reflexivo en cierto modo y en cierto grado, y por extensión Dios es reflexivo también… No obstante, para salir del círculo y procurar ir más allá, hay que identificar la causa que originó el movimiento circular, y esa causa no puede ser otra más que Dios porque el hombre no se ha creado a sí mismo, el hombre no ha aparecido bajo su propia voluntad, sino que hubieron fuerzas que propiciaron su aparición y que detrás de tales fuerzas estaría una Fuerza Primordial, a la que se le llama “Dios”.
Para tratar de dilucidar esta cuestión de que si Dios existe o no, y que si los argumentos científicos en contraste con otro tipo de argumentos son lo suficientemente validos o no; antes, habría que tratar las cuestiones: “¿qué es la ciencia y qué alcances tiene?, ¿qué es la religión y qué alcances tiene?”; primero habría que tener conceptos más o menos claros, conceptos lo más completos, objetivos y holísticos posibles; entonces, sobre esa base conceptual se podría entender mejor el problema en cuestión.

Se sabe que la ciencia es un cuerpo de conocimientos, desarrollados en base a un método que consiste en la observación, y donde impera el análisis secuencial y lógico. La religión es otra forma de conocimiento, donde nace a partir también de la observación al igual que en el caso del conocimiento científico (por tal motivo ciencia y religión tienen un origen común), donde la religión también tiene su análisis, pero lo que impera en este campo es la síntesis en su más amplio estado posible y no el análisis, y por eso ha habido un desarrollo separado en los dos tipos de conocimiento por caminos más o menos diferentes, aunque no necesariamente contradictorios y opuestos como se podría pensar, y más aún si se piensa superficialmente. Por un lado, el conocimiento científico, por más racional y literal que éste intente ser en el conocimiento de las cosas, al conocimiento científico siempre hay que interpretarlo en cierto grado porque aunque sea un conocimiento más o menos bien preciso, no es exacto, y al no ser exacto y al no ser una copia y/o una correspondencia absolutamente literal del mundo real, entonces necesariamente tiene que interpretarse, haciendo uso de la observación e inferencia, aquello que la teoría científica no expresa de manera directa, y así evitar en lo posible crear brechas infranqueables entre una manera de pensar y otra; pero una interpretación es susceptible de fallas y errores, errores con que muchos ateos se encuentran, esos errores generalmente se deben a interpretaciones literales que hacen de algunas teorías científicas y dan por sentado muchas cosas, sin antes considerar que una teoría no pone explícitamente todos los elementos que intervienen en un proceso, hay elementos que están presentes en la teoría de manera implícita, y a esos elementos no los ven aquellos que hacen una interpretación superficial y literal, cuando en realidad la ciencia no es interpretable literalmente por la sencilla razón de que no es exacta; de hecho, ninguna forma de conocimiento humano lo es, pero ellos dan por sentado que la ciencia es la voz máxima de la razón, solo por el prestigio que se ha ganado la ciencia en este último par de siglos, donde confiar plenamente en algo sólo por su prestigio es un asunto delicado, como si no hubiera otras fuentes y maneras de percibir y comprender el mundo, más que la científica, a pesar de que esas otras formas compartan un método primitivo común con la ciencia, a pesar de que la religión sea prima-hermana de la ciencia; por lo cual no hay motivo suficiente para pensar que un argumento científico es más valedero que uno religioso cuando se intenta dilucidar en estos temas tan abstrusos. Por otro lado, el conocimiento que tiene la religión de la realidad de las cosas, en este caso de la divinidad, es un conocimiento casi enteramente del tipo interpretativo, es altamente interpretativo, porque no es un conocimiento que estudia los detalles y los mecanismos de la existencia y sus relaciones como lo hace la ciencia, lo que hace la religión es simplemente observar las causas y los efectos de manera muy general pero muy imprecisa en sus detalles, el estudio de los detalles es ámbito de la ciencia, por lo cual la religión es un tipo de conocimiento tendiente a recurrir a la alegoría, a la metáfora; queda claro entonces que entender algunos conceptos religiosos literalmente es por demás un grave error, y más aún teniendo actualmente un gran avance en su prima-hermana que es la ciencia.

El problema de la discusión de si hay un Dios o no, se ha dado a lo largo de la historia debido principalmente a malos entendidos, debido a un entendimiento insuficiente de lo que es ciencia y religión tanto en los llamados científicos como en los religiosos, y que fallan en cuestiones muy básicas, tan básicas que personas comunes con un poquito de preparación podrían dilucidar lo que algunos de esos “eruditos” no han podido dilucidar, y la pregunta es: ¿por qué no han podido? Porque ambos han caído en una interpretación muy literal aun en sus propios campos de conocimiento; por un lado estos religiosos han creído en una concepción de Dios acorde a su tradición religiosa, cuyos mecanismos en que actúa supuestamente la divinidad para hacer que el mundo funcione, y que están descritos en su tradición religiosa, lo han tomado como verdad absoluta, inamovible, y así lo han interpretado literalmente; no es de extrañar entonces que hayan aparecido modos de pensar “ateístas” avalados en teorías científicas como es el caso de la “teoría de la evolución” de Darwin, pero estas ideas ateístas no contradicen realmente a Dios o la idea de un Dios, lo que contradicen es la interpretación literal de la concepción que tienen de Dios algunas culturas antiguas; y entonces los ateos juzgan a la luz del conocimiento moderno, pero hacer eso es un error porque los antiguos no tenían ciencia como la conocemos ahora, y si se ha de usar la ciencia para medir y catalogar ese tipo de conocimiento antiguo, hay que hacerlo con cuidado, donde esas brechas entre lo antiguo y lo moderno sólo son salvables adecuando los conceptos, y es necesario considerar y entender que los antiguos no eran unos estúpidos esquizofrénicos que alucinaban, simplemente que sus métodos no eran refinados y su manera de entender las cosas era más sencilla, poética y metafórica. Entonces eso es lo que queda contradicho: la interpretación literal de la concepción de Dios; pero la misma idea de Dios en esencia no ha quedado contradicha ¿por qué no queda contradicha? Más adelante explicaremos por qué.

La evolución de las especies ha de ser aceptada, más que como teoría, como un hecho, por la sencilla razón de que hay evidencia suficiente para verlo así, lo que hace que la teoría en sí sea bastante solida; pero la evolución por sí misma no es el problema al momento de negar o afirmar la existencia de Dios, el problema es la interpretación literal de alguno o algunos postulados de la teoría de la evolución; así pues, la teoría de la evolución afirma que los organismos han evolucionado desde formas más simples hacia formas más complejas hasta llegar a la complejidad del ser humano, que es un ser con conciencia y capaz de indagar sobre el mundo que le rodea; así pues, muchos entre los ateos se han agarrado de esa afirmación para decir que no es necesario un ser complejo ( Dios) para producir la diversidad y complejidad de los seres que existen ( han entendido el postulado literalmente), y que en un inicio estuvo lo simple y no lo complejo, que lo complejo no es inicialmente necesario; pero lo que dicen estos ateos es rebatible porque para que un ser simple se convierta en complejo, hace falta un potencial en el ser simple en cuestión para volverse complejo, y que sin tal potencial, el ser simple nunca será complejo, donde ese potencial se encontraría tanto en el ser en sí como en el medio que le rodea y que propician su evolución. Que una estructura, en este caso un organismo, empiece a desarrollarse a través del tiempo y las generaciones desde lo simple a lo complejo, no implica que lo complejo no esté necesariamente presente al menos de manera potencial desde los primeros indicios de aparición visible y evidente del organismo en cuestión y aun antes de éste. Un edificio que es construido ladrillo a ladrillo, pieza por pieza, de lo simple a lo complejo, primero la base, luego las vigas, etc; de primera impresión, el proceso de construcción del edificio no es algo que no haya tenido en un inicio una forma simple a simple vista como es lógico y obvio, eso es así porque el edificio no puede aparecer de manera instantánea y mágica, sino que necesita de un proceso de construcción y eso toma tiempo, pero la construcción del edificio es gracias a un método de construcción, de un planeamiento en donde cualesquiera que sea método empleado, siempre va a requerir de un alto grado de complejidad a nivel potencial aun cuando el edificio todavía no exista de manera palpable y tangible, pues va a requerir mínimamente de tanta complejidad en su estructura a nivel potencial aun antes de que exista de manera concreta como la complejidad del edificio mismo cuando éste esté terminado, y de no ser así, de no haber complejidad potencial antes de empezar a construir el edificio, el nivel de complejidad observable directamente en el edificio terminado no se habria de alcanzar nunca, y el edificio no existiría como tal, no habría podido formarse ni construirse; que el edificio haya sido construido poco a poco y en fases no implica que no haya alta complejidad potencialmente hablando ( una suerte de “diseño” previo) aun antes de que el edificio exista físicamente; es tan complejo el proceso de construcción del edificio que hasta hubieron diseñadores e ingenieros que hicieron el trabajo aun antes de ponerse a trabajar en la construcción en sí; no estoy sugiriendo que Dios sea como una suerte de ingeniero o diseñador de un modo muy similar a que lo es un diseñador o arquitecto humano, sino digo que en El Universo y probablemente más allá de éste, y/o muy dentro de éste, debe haber, por fuerza, algún tipo de “forma”, algún tipo de “potencialidad” algún tipo de “ estructura ultra compleja” que está dentro y aun “detrás” de las leyes físicas conocidas.
Haciendo un pequeño paréntesis, ya que hablamos implícitamente sobre el origen de la vida. Es pertinente mencionar que no conocemos los mecanismos de la génesis de la vida; sólo conocemos, en parte, los mecanismos de la evolución de la vida. Se ha oído por ahí algunas especulaciones de algunos que dicen que tal vez la vida vino de otro planeta en un asteroide y que las formas de vida simples, como bacterias, que venían con él sobrevivieron el impacto con la Tierra, y así la vida fue implantada en la Tierra; hay otros más audaces e imaginativos y dicen que seres extraterrestres inteligentes, vinieron en sus naves espaciales a implantar la vida en la Tierra. Pero, aun siendo cierta cualquiera de las dos especulaciones, los seres extraterrestres también serian formas de vida y que debieron formarse de alguna forma, o sea que así tampoco quedaría realmente explicada la génesis de la vida… es uno de los grandes misterios por resolver…

Siguiendo el mismo criterio en este análisis, y volviendo al tema que propone un “diseño inteligente”, cabría formular la pregunta inicial pero de un modo más directo: ¿la conciencia (el hombre) ha aparecido de la inconciencia? ¿la inteligencia ha surgido de la no inteligencia? Para responder a la pregunta, antes habría que entender qué es “ inteligencia”; comúnmente se cree que la inteligencia está asociada únicamente a seres biológicos y que si hay una inteligencia extrabiológica, se tiende erróneamente a creer que esa inteligencia extrabiológica ha de ser similar y cuando no, idéntica a la inteligencia biológica, sólo que en otro plano de la existencia ( el viejito sentado en su trono, que está en los cielos, y al que llaman “ Dios”); pero si esa inteligencia está en otro plano de la existencia y por tal motivo permanece invisible para nosotros de modo directo, entonces es absurdo compararla con la inteligencia biológica, porque los seres biológicos existen en una escala que no es ni la atómica ni la astronómica ni la cosmológica; que los seres biológicos dependan de lo atómico, astronómico y cosmológico para existir, es otra cosa diferente; entonces, en ese entender, la inteligencia biológica es diferente de lo que llamaremos “inteligencia universal”, donde la inteligencia biológica seria simplemente una particularidad de la inteligencia universal, compartirían aspectos comunes pero no serian necesariamente idénticas. Habría, entonces, que entender primero la inteligencia en un concepto más amplio posible, donde la inteligencia sería la capacidad de distribución, organización y de ordenamiento de los elementos en sistemas y subsistemas, ¿existe esa capacidad en nuestro Universo? Por supuesto que existe, lo cual es observable; se podría decir entonces que la naturaleza es inteligente y que incluso es más inteligente que nosotros, porque si nosotros fuéramos más inteligentes que ella, entonces conoceríamos todos y cada uno de los misterios que hay en ella, pero ella actúa de un modo que no comprendemos del todo, y si algún día llegáramos a comprenderlo, no cambiarían las cosas en esencia porque sería la misma naturaleza dándose una mirada a si misma a través del hombre por la sencilla razón de que somos parte de ella. Ahora, decir que Dios está fuera de la naturaleza, dentro, fuera y dentro, o en una dimensión incognoscible, etc, es irrelevante para probar o negar la existencia de Dios, porque si a duras penas podemos intuir que existe un Agente Inteligente no visible ( una Causa, es decir Dios) que hace que las cosas sean como son, mucho menos podremos saber qué mecanismos mueven a este Agente (Dios), resulta absurdo entonces tener semejante pretensión en aras de dilucidar el problema, porque especular sobre el misterio tras el misterio no nos es útil; lo relevante es que podemos percibir que sí existe alguna forma de Inteligencia de la cual provenimos. Podría decirse que la inteligencia biológica es una suerte de condensación de un tipo de inteligencia dispersa en el universo, y que en algún tipo de proceso, los elementos se organizaron, es decir, la inteligencia se condenso y entonces aparecieron los seres biológicos y dentro ellos el ser humano, ¿y cuáles son los mecanismos que esta inteligencia usa para manifestarse en otras formas de inteligencia? Pues por lo menos sabemos que existen leyes tanto para la evolución del universo como para la evolución de los seres biológicos, pero sus mecanismos intrínsecos y esenciales no los conocemos, eso queda en el misterio; en otras palabras, la esencia de esta inteligencia (Dios) es desconocida pero su manifestación es en parte conocida, de lo que podemos inferir su existencia. Por tanto, la inteligencia ha de surgir, por fuerza, de la inteligencia.

Sobre si Dios es personal o impersonal. Personal e impersonal son conceptos humanos que nos permiten catalogar esto o aquello, éste o aquel, según nuestras percepciones, pero nuestras percepciones tienden a ser relativas porque nuestro punto de observación del mundo es según a nuestros parámetros humanos, y según nuestra condición humana, tenemos limitaciones en ese sentido y nuestros conceptos son limitados. Si bien el ser humano es en cierto modo una manifestación de la divinidad, no es la divinidad misma, no es la esencia misma de La Realidad. Si el ser humano es un ser personal, se puede decir que es relativamente personal, no absolutamente personal, porque una persona humana no moldea su personalidad por si misma sino que depende de múltiples factores tanto internos como externos y que forman y conforman su personalidad; sin embargo, la única forma concreta de personalidad que conocemos es la personalidad del ser humano, aunque sea una personalidad relativa, es lo que conocemos; entonces, decir que Dios es personal o impersonal, significa que estamos tratando de medirlo con parámetros humanos, y esos parámetros humanos, ese concepto de “persona” que tenemos, se ha intentado extrapolar al concepto de “ persona divina (Dios)” ¿Pero dónde empieza lo personal y donde acaba lo impersonal en los seres humanos?¿ y dónde empieza lo impersonal y dónde acaba lo personal en los seres humanos? No hay un límite claro entre lo uno y lo otro, y si no podemos establecer un límite claro para el caso humano, mucho menos vamos a poder establecer si Dios es personal o impersonal. No obstante, no está mal del todo pensar que Dios es un ser personal filosóficamente hablando, sabiendo que Dios es único, inteligente e independiente; pero el problema con esa idea es que la personalización de Dios crea inconscientemente un antropomorfismo de Dios en la mente humana porque el único referente más o menos concreto que tenemos de la idea y concepto de personalidad es el hombre mismo; además, el problema de personalizar a Dios es que Dios no es meramente un ser racional, es un ser súper racional, está más allá de la razón, de la razón humana, en tal sentido Dios no puede ser un Dios personal. Por otro lado, Dios no puede ser un Dios impersonal porque la impersonalidad es característica de los seres contingentes, perecederos y sin una identidad propia, y eso contradice al concepto de Dios mismo. Creo que DIOS está más allá de lo personal e impersonal, pues Dios es un ser que trasciende todo y que a la vez es todo, es decir que es personal e impersonal y a la vez no es personal ni impersonal. La naturaleza íntima de Dios es el misterio más profundo. Dios es manifiesto pero oculto.
Hay varias concepciones de Dios: Están las concepciones panteístas, y las concepciones de las religiones tradicionales. Pero creo que la esencia del concepto de Dios y común a todas las concepciones de Dios es que Dios es un ser supremo; creo que debemos centrar nuestra atención en ello, es lo esencial del concepto en general, porque lo esencial del concepto es lo objetivo del concepto. Aunque, no es que el concepto del Dios de las religiones sea necesariamente menos objetivo o más difícil de verificar, sino que es simplemente un concepto más abstracto y más difícil de entender, asimilar e interpretar; pero que ha aparecido en la mente humana, y si ha aparecido en la mente humana, debe ser que La Realidad se manifiesta de esa manera en la mente humana. El Dios de las religiones es un Dios que trasciende de alguna manera el universo físico ¿y qué podemos decir al respecto? Quizá no mucho; pero hay cosas curiosas, por ejemplo la gran mayoría de seres humanos en algún momento de sus vidas tienen el deseo de trascender, ¿de dónde viene ese deseo?, ¿de dónde viene esa capacidad del ser humano para producir ideas idealistas acerca del amor y la bondad? En la naturaleza no se observa esos ideales de amor y bondad, entonces por que existen esos ideales de perfección en el amor y la bondad en nuestras mentes si se supone que nuestras mentes son un producto enteramente natural? ¿ por qué nuestras mentes producen una realidad tan abstracta? ¿ de dónde viene todo eso?... No creo que ese deseo de trascender sea meramente debido al miedo a la muerte, sino que parece que es algo natural en nosotros tener ese deseo, esa inquietud, tal vez ese presentimiento de que hay algo más allá de lo físico? Ese deseo de trascender es algo que parece que tiene mucho que ver con el deseo ferviente del ser humano por conocer sus orígenes, y aun sus orígenes más remotos, porque es nuestra naturaleza, deseamos conocer acerca de nuestros orígenes, ya sea a través de la ciencia o través de la religión o a través de ambas, porque venimos de Dios y de algún modo u otro, vamos hacia Dios.

Sobre la teoría del “ big bang”, se puede hablar mucho, pero diremos solamente que es una teoría que no contradice la idea de la existencia de un Dios; al contrario, la teoría del big bang refuerza la idea de que el universo es de naturaleza contingente, eso significa que el universo como lo conocemos tuvo un origen y por tanto una causa, una causa que está más allá de toda ley física conocida. Así, entonces, el universo tiene un origen en un Poder, en una Fuerza que al parecer está más allá de todo lo conocido y todo lo cognoscible por el hombre; esto es algo que compatibiliza muy bien con el concepto clásico de la idea de un Dios en las religiones tradicionales. No obstante, que haya la idea de un Dios, no tiene por qué frenar la curiosidad humana por conocer más y más; la ciencia debe seguir, bajo todo pronóstico, su curso hasta alcanzar su máximo potencial posible, porque la idea de un Dios, no es una explicación concreta de los fenómenos, es simplemente una intuición, es simplemente la conciencia que tiene el ser humano de que existe alguna especie de entidad inteligente muy grande y poderosa y cuyas circunstancias por las cuales existe, las desconocemos totalmente. El asunto es probablemente similar a más o menos cuando un perro sabe que existe el hombre, sabe que el hombre camina, que corre, y que es hasta su fuente de alimento, pero no sabe ni se imagina el tipo de pensamientos que puede haber en la mente del hombre; de modo similar, sabemos que existe Dios debido a que existe el universo, sabemos que nosotros existimos gracias Él y debido a Él (lo cual la religión a venido enseñándonoslo durante milenios) pero no sabemos nada más acerca de Él, acerca de Dios.
El hombre primitivo carecía de ciencia pero tenía intuición e imaginación, donde la intuición no producirá respuestas precisas y exactas, pero producirá respuestas, y no por no ser respuestas " precisas y exactas", dejan de ser referirse a La Realidad. No solo hay la opción de quedarse con el " Dios antropomórfico", pues Dios es simplemente y en cierto modo "lo desconocido"... Y la religión ha cumplido y cumple una función; en tiempos remotos, la transición de la tribu a la civilización fue gracias a la Religión; hay que recordar que antes no había política, no una política como la conocemos ahora, lo que había era religión, la religión era lo que cohesionaba a la gente en grandes grupos... Y actualmente, la religión aun puede tener una función como parte intrínseca del ser humano y como parte de su cultura, pero esta vez, no divorciada de la razón y de la verdad científica, sino como un modo más de conocer el mundo, una manera no estrictamente “racional”, pero si emocional, porque la razón ( la ciencia) no puede ser la única manera de conocer el mundo, también podemos conocerlo a nivel poético, a nivel metafórico, a nivel de identificación sentimental con el Cosmos, sintiéndonos Uno con El Universo, con sus Origenes y Misterios, sin tener miedo de usar la palabra “Dios”, porque inventamos muchísimas palabras, tanto para lo que comprendemos como para lo que no comprendemos, y no es sensato desvalorizar nuestro vocabulario que es rico y expresivo, y que es útil incluso para designar y referirnos a nuestros orígenes más remotos encapsulados de alguna manera en la palabra “ Dios “, no para quedarnos vociferando esa palabra ni para frenar el avance científico con ello, sino para entender que la religión ( el sentimentalismo y sentido de asociación y de pertenencia emocional hacia lo remoto) es un viaje paralelo al de la ciencia (la razón) y que no tienen por qué contravenirse la una contra la otra en un sinsentido improductivo e irracional. Es a ese nivel al que hay que entender a la religión en estas épocas modernas, porque la ciencia no puede ser el único modo de conocer el mundo, porque sería negar nuestra naturaleza emocional y poética, como si no tuviéramos esa parte sentimental muy nuestra, muy humana. Ni el frio racionalismo ni la superstición considero que sean el camino de los que verdaderamente piensan y quieren pensar, porque no somos seres únicamente racionales ni emocionales, somos ambos... Pretender desaparecer por parte de algunos a la religión completamente, sólo hace entrever unos ánimos poco juiciosos... No creo que la religión deba desaparecer o que necesariamente vaya desaparecer, y que otra forma de conocimiento deba reemplazarlo completamente, como seria, en este caso, la ciencia; lo que si debe hacerse es actualizar y quizá reformar la doctrina religiosa de las diferentes religiones y hacerla más compatible con otras formas de conocimiento, y replantear el paradigma de la religión como conocimiento absolutista, porque a fin de cuentas es un conocimiento humano más, como lo es la ciencia, susceptible de cambios, no en sus bases, porque si se le quita la base, dejaría de ser religión, pero sí al menos en su forma de acercarse y en su forma de articular con otro tipo de conocimiento; quedará entonces, en responsabilidad de los líderes religiosos del mundo, así como en los líderes políticos, hacer de este mundo un mundo más pacífico, más tolerante los unos con los otros, dependerá de la valentía de aquellos para plantear nuevas visiones conciliadoras, de planteárselo a los líderes religiosos, y también del coraje que tengan éstos en pro de la tolerancia, en pro de una razón superior, en pro del entendimiento entre los diferentes grupos, por el bien de la humanidad.

En tiempos pasados, y aun en esta época, se ha censurado, perseguido, torturado y matado en nombre de la religión y en nombre de “Dios”, se han cometido errores graves e inhumanos debido a una ausencia de criterio basado en la razón; pero por otro lado, pretender borrar, censurar, maldecir, insultar y quitar de raíz, en nombre de “la razón” (la ciencia), la cultura milenaria de la gente (la religión) así por así, es de por sí un deseo irracional, porque si se desea educar a la gente para que sea más civilizada, no se puede pretender quitarles su cultura, su religión, su fe; lo que se puede hacer es revisar los conceptos, intentar unificar los conceptos o producir nuevos conceptos si fuera necesario para procurar entendernos mejor, donde la idea es que las personas al final puedan pensar por sí mismas, puedan ser libres, y si por ahí hay alguien que por alguna razón desea llamarse a sí mismo “ateo” o algo parecido, pues hay que respetarlo porque seguramente buenas razones tendrá para autodenominarse así, y también invitarlo a que nos respete, pero procurar que sea un respeto genuino y mutuo, un respeto que esté más allá de la mera tolerancia; somos humanos, y en nuestras diferencias y similitudes, hay que aprender a coexistir sin mayores tensiones entre nosotros si es que queremos que se alcance verdaderamente una civilización más avanzada.

Estudios recientes sobre el cerebro y el pensamiento humano muestran que el cerebro, está más o menos divido en dos; donde cada una de las dos partes del cerebro, en la mayoría de seres humanos, se ha especializado en producir un tipo de pensamiento más o menos diferente en uno y otro lado del cerebro; así pues el hemisferio izquierdo es el responsable de las ideas lógicas, de la literalidad de las ideas, del lenguaje verbal, del pensamiento secuencial, es decir que el método científico clásico es tendiente a aparecer en el hemisferio izquierdo; y luego está el hemisferio derecho, donde se procesa el pensamiento intuitivo, las emociones y sentimientos, el análisis y síntesis de códigos no verbales, etc, y es justamente en el hemisferio derecho donde tiende a estar la religión. Se dice también que el cerebro funciona eficientemente en la producción de ideas, conceptos y soluciones, si es que hay un intercambio de información eficiente entre ambos hemisferios y no cuando hay un conflicto entre ambos, y que es justamente lo que ocurre en algunos casos en algunos individuos (o bien religiosos fundamentalistas, o bien ateos acérrimos); entonces una idea será más racional y razonable cuanto más interactúen entre sí ambos hemisferios cerebrales en la producción de ideas. La ciencia y la religión no tienen por qué ser contrarias, sino más bien complementarias, porque fueron seres humanos los que desarrollaron la religión y fueron seres humanos quienes desarrollaron la ciencia, de ahí que ambas pueden caber en un mismo cerebro y en una misma mente, en un cerebro equilibrado y en una mente equilibrada, claro está.

Podría decirse en cierto modo que la ciencia es una forma de religión por como los científicos deben tener la disciplina del moje para realizar su trabajo, y su fe y esperanza para esperar resultados de sus estudios aunque al inicio parezca que sus estudios no conducirán a nada práctico, y fe y esperanza de que su trabajo será continuado por otros en el futuro en caso de que quede inconcluso; y a su vez, la religión es en cierto modo una forma de ciencia y filosofía porque también plantea de alguna manera alternativa y recursiva, explicaciones acerca de la realidad basadas en un tipo de razón bien particular, y también plantea una forma de vivir, y una actitud frente a la vida.

Terminaré citando la frase de Einstein:

La Ciencia sin Religión es coja y la Religión sin Ciencia es ciega”.

Cfvt.